Aunque existen unos ítems que se repiten siempre cuando se busca una vivienda, con la pandemia han cambiado.
En líneas generales, el precio, la ubicación, la orientación -interior o exterior- y el tamaño de la vivienda siguen siendo los factores que más se valoran. Así lo indica Ernesto Ferrer-Bonsoms, director de Real Estate de Intrum España y director de negocio de Solvia, también dice que una vez se toma esta decisión, para decantarse por un inmueble u otro, toman protagonismo otros aspectos como la distribución de los espacios, las calidades, las vistas, la disponibilidad de ascensor, la luminosidad del inmueble, si cuenta con zonas exteriores como terrazas o balcones, si es eficiente energéticamente, los extras comunitarios, etc. “Estos últimos, por ejemplo, han tomado mayor protagonismo a raíz de la pandemia”.
Precisamente, por la crisis del covid, muchas personas se han dado cuenta de que su vivienda era algo pequeña, oscura y no aportaba ese bienestar tan ansiado para sentirse mejor en su casa.
Ahora los españoles valoran mucho más los chalés y viviendas unifamiliares, así, la demanda de esta tipología de vivienda se ha mantenido fuerte incluso varios meses después del fin de las restricciones, pues según los últimos datos del Consejo General del Notariado, las compraventas de viviendas unifamiliares se incrementaron en un 14,5% interanual en noviembre de 2021.
Viviendas espaciosas y encaminadas al teletrabajo
Esto hace que las nuevas demandas de vivienda estén encaminadas a aumentar la comodidad y el confort de sus habitantes. Son muy demandadas, por ejemplo, las viviendas espaciosas con habitaciones especialmente diseñadas para el teletrabajo. La iluminación del hogar, si antes era importante, ahora se ha convertido en un aspecto imprescindible para, ya que una casa luminosa contribuye a reducir el gasto energético.
Mientras que también es tendencia que los compradores busquen vivienda en la periferia de las ciudades, a cambio de más espacio, jardines, gimnasios o piscinas están ahora muchas más demandadas.
¿Qué hace que finalmente se elija una casa u otra?
Para Ernesto Ferrer-Bonsoms, este paso final depende mucho de las necesidades de cada comprador y, por supuesto, de su capacidad adquisitiva y las condiciones de financiación. Hay clientes a los que no les importa pagar un poco más por disfrutar de ciertos factores, como una buena ubicación, espacios exteriores, más luminosidad, mejores calidades y otros que, por el contrario, restringen su decisión a aquellos inmuebles que puedan pagar sin ahogos económicos. Por tanto, el precio siempre será un factor decisivo.
Demandas de futuro: calidad y eficiencia energética
Todas estas preferencias pueden ir cambiando para este año y siguientes, de la misma manera que lo han hecho hace dos años, por la pandemia.
Por ejemplo, en el aumento progresivo de la demanda de obra nueva. Según los últimos datos del INE, el número de transacciones de este tipo de inmuebles ha marcado un incremento interanual del 38% durante los once primeros meses del 2021.
El resto de los aspectos que han comenzado a ganar protagonismo estos dos últimos años, como las calidades, disponer de zonas exteriores como terrazas o balcones, o la eficiencia energética, estarán cada vez más presentes a la hora de decantarse por una vivienda”.
Desde UCI creen que las preferencias y demandas de la población española en cuanto a la vivienda se mantendrán estables a medio-largo plazo.